viernes, 31 de mayo de 2013

1984

Si la VOCACIÓN se escribiera con b, haría referencia inevitablemente a todo lo que la boca puede cambiar en el contexto circundante; pero no. VOCACIÓN proviene del latín "vocatio", llamada o acción de llamar. Todo es latín; recordemos esa frase hecha popular "esto me llama o no me llama", pues eso. La maldita vocación es la tumba de muchos de los que nos dedicamos a cualquier actividad susceptible de ser vocacional. La vocación es lo que me hizo cobrar poco cuando empezaba y lo que me ha hecho aceptar rebajas de sueldo cuando ya tengo ganas de terminar. La vocación ha inundado de profesionales (soy generoso) este mundo y de ello se han lucrado las academias, cuyos profesores han sido expulsados del mercado por los alumnos que formaron, con gran rentabilidad para la industria audiovisual. En fin, que la vocación da asco, que es la excusa perfecta para que un sistema caníbal nos devore con nuestro consentimiento. "Despertar la vocación" es parte del proceso socializador; me recuerda un poco al horóscopo, que nunca dice nada malo de los afectados. Te sientas a la mesa cuando ya puedes empezar a comer y te traen el menú. De entre los apetitosos platos que se nos presentan, con atractivos nombres, debemos escoger aquellos que concuerden con nuestras capacidades o con un talento, si es que lo tenemos. Porque el negocio empieza ya, la propia formación no es un servicio o un derecho, también es una industria y todos sabemos que el que más gasta, tiene más oportunidades. O-POR-TU-NI-DA-DES... Ay! Luego, por supuesto, el linaje de cada uno le buscará el hueco en las distintas esferas que llegan hasta la cumbre. El pobre que estudió periodismo pasará su vida saltando de empresa en empresa, según caigan o reestructuren, renunciando a familia y salud porque la vocación le hará aferrarse a una esperanza desesperada. El rico conocerá mundo cursando másters y posgrados, es decir, invirtiendo mucho más y comprando muchas mas opciones de futuro. Eso le garantizará un mejor puesto, un mayor reeembolso de la inversión primitiva. Esta es la "cultura" en la que nadamos, y es difícil mantenerse a flote.

Adónde quiero ir a parar es que VOCACIÓN y OPORTUNIDAD son dos grandes mentiras de este ultra-capitalismo que vivimos, esta no tan nueva religión, que tanto gusta a los que ya tenían una. Que hace años pensé que "1984" de Orwell estaba pasada de moda y me encuentro con que cualquier día se inaugura un "Ministerio de la Paz" para asuntos de Guerra... "Hay que estar peor para estar mejor" y mandamientos similares dibujan un panorama social digno de la versión gore de "Alicia en el país de las maravillas". Sólo la crítica y la rebeldía intelectual pueden salvarnos:

                                 

 

              LA GUERRA ES LA PAZ, LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD, LA IGNORANCIA ES LA FUERZA



¿Se añora ETA? Parece que si. Algunos medios, los más conservadores (por no decir ULTRAS), ya alertan a una sociedad, perdida en protestas estériles, del regreso de la apaciguadora guerra, la que calmará vuestras ansias de justicia con un cálido temor al caos. La libertad es un mito y una pesada carga, continúa el ideario. A lo único a lo que puede conduciros es a la desorientación... Atisbo algo de esperanza en que hoy por hoy es difícil recurrir a la ignorancia como arma. Los sistemas públicos de salud y educación han sido un oasis en el periodo "alegre" del Capitalismo, han demostrado sobradamente que ese es el camino, de tal modo que se procede a su demolición para evitar que el obrero, el funcionario, el sirviente, el soldado, el pagador de impuestos tome conciencia de su responsabilidad de ciudadano y cuestione lo establecido. Pero ya ha habido unas generaciones que han estudiado, con pocos medios pero con cierta independencia y se ha sembrado el germen de la Crítica. El Poder nos "otrogó" la hoy día sacrosanta Constitución porque la Democracia dice que el Pueblo ha de aceptar lo que se hace con él, pero para que la aceptáramos tuvieron que poner cosas en ella que no estaban dispuestos a cumplir. Y esos incumplimientos se conocen y se denuncian. Eso convierte al pueblo "soberano" (je je) en "radical y terrorista", como ha llegado a decir alguno, por saltarse el tercer mandamiento de vivir la Ignorancia con alegría.

Que yo pueda escribir esto a pesar de mi condición de paria -que no "mal parío"- es lo que me permite darme un respiro. Sino, la jungla lo devoraría todo.