El lunes por la mañana nos acercamos hasta Alcorcón para disfrutar de la lluvia y a la caza de las hordas nazi-xenófobas madrileñas, que ya era hora de que aparecieran... En la emisora de televisión para la que trabajo se da pie a estos excesos, como en otras se favorecen otros, ni más ni menos.
Al llegar, el recibimiento de la gente es desconfiado y algo agresivo. Hace tiempo que llevar una cámara o un micro te hace blanco de los insultos de la gente. Deberán tomar nota de esta desconfianza los directores de las emisoras de radio y televisión, si bajaran a la calle lo tendrían mucho más claro. Sin juzgar los incidentes (toda violencia siempre es perjudicial), creo que el problema comienza con el método de trabajo que se utiliza, sobre todo en televisión. Casi todas las noticias se solucionan en menos de dos horas y casi siempre en el mismo día. Hay una espeluznante falta de rigor en la recogida de información. Una buena noticia de televisión se resuelve con unas "buenas" imágenes, es decir, violentas, espectaculares, etc y unos "cortes" igualmente vehementes (declaraciones breves). El periodismo de investigación no creo que exista, y mucho menos en televisión. Cada vez que se destapa un escándalo alguien cobra. La información se filtra habitualmente para utilizarla en contra de algo o alguien, para ganar tiempo, para anticipar reacciones... La realidad o la verdad es casi siempre poliédrica y múltiple en matices; la objetividad supone un conflicto de intereses. Se parte de ideas preconcebidas y prejuicios. Cuando llegamos a los "puntos calientes" informativos, la noticia ya está diseñada y estructurada en la cabeza del periodista, se utiliza lo coherente y se desecha lo incongruente. Se construye la noticia para deconstruir la realidad. Se buscan ávidamente los "cortes" de jóvenes participantes en las trifulcas de Alcorcón para luego tratarlos como descerebrados. El periodismo parece querer ser, cada vez más, una profesión ilustrada.
Creo que Internet puede ser la solución a esta tiranía de la opinión pública. Lo que hago yo y otros muchos también puede llamarse periodismo o información y lo hago desde la más absoluta libertad, porque mis prejuicios no están al servicio de nadie.
El periodismo forma parte indisoluble de la industria del espectáculo y del entretenimiento que son los "Mass Media", de tal modo que, como en el Cine, existen géneros informativos en los cuales encorsetar cada noticia o suceso.
El martes acudo a una rueda de prensa de la enésima asociación de víctimas, que me vuelve a confirmar que éste es uno de los colectivos más desunidos y politizados.
El miércoles conduzco mi perplejidad hasta la Casa de América dónde un buen número de banqueros, políticos, jueces y empresarios se reunen al calor de la "Obra social" de La Caixa. Una pregunta me golpea la cabeza: ¿Qué clase de obra social es ésta?
Y por último, esta misma mañana empiezo en el Hotel Ritz. Un bonito y agradable sitio dónde, a pesar de ser un trabajador con pantalón de pana, siempre te abren la puerta del taxi con amabilidad. En tan selecto marco, María San Gil (PP vasco) dice que mejor solos que mal "pactados"... ¡acompañados!, quiero decir. Los jefes del PP, que han venido a arroparla con frecuentes aplausos (por iniciativa de Acebes casi siempre) tuercen el gesto sutílmente. A los cámaras nos dejan otra vez sin desayunar.
Muchas gracias.
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