Miércoles, 24 de Enero de 2007
Saludos a todos y bienvenidos. ¿Por qué "reportero perplejo"? Evidentemente porque soy reportero gráfico de televisión y porque, participando de esa realidad alternativa que es la Información, me convertí en perplejo; de esto hace ya tiempo pero es ahora cuando he tomado conciencia de mí mismo... Más acertádamente descriptivo hubiera sido otro epíteto como "el asqueado", "el decepcionado", o simplemente "el inocente", que es el adjetivo más recurrente cuando surgen estas conversaciones. No obstante, ¿es inocente el crítico, el que siente la responsabilidad de dignificar el trabajo que desempeña? Más bien puede considerarse un bicho raro, no por criticar, que eso nos encanta a todos, sino por hacer su pequeña contribución a que la Ética siga teniendo significado en nuestra labor. Los conceptos filosóficos son difícilmente exigidos en revueltas o manifestaciones, naturalmente, pero abusamos de lo inmediato y lo concreto seguros y satisfechos de participar de una sociedad rica, más rica que justa. Es esa placidez de la irresponsabilidad que hace mucho tiempo que nos convirtió en consumidores y nos jubiló de la Ciudadanía. La información mediática o periodística, como la política, se ha convertido en un servicio más. Se estudia el "target", el público, se analizan sus gustos y prioridades, más que las necesidades, y se ofrece el producto acorde con el resultado. Por eso un oyente de la SER nunca oiría la COPE y viceversa. Inexplicablemente retroalimentamos el efecto ensalzando nuestra fidelidad o desprecio por determinados Medios, incluso, muchos llegan a definirse politicamente en función del Medio que consumen. Pienso que los Medios de comunicación se han convertido en la única industria al amparo de un derecho fundamental. A estas alturas del desarrollo de dicha industria está de más decir que lo "publicado" no es forzosamente sinónimo de verdadero, pero tal vez no lo esté tanto el enseñarlo en las escuelas.
Así pues soy una especie de traidor, un infiltrado que recopila los datos necesarios para destruir el modelo actual, con la utópica esperanza de disfrutar de una sociedad verdaderamente informada y crítica, y por tanto, libre.
Quiero que sea éste el diario de todo lo que no deberían ser los Medios y que, efectivamente, son; desde mi humilde punto de vista y armado exclusivamente con la ironía y algo de mala leche.
Muchas gracias.
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