Esta mañana, sobrepasado el mediodía y por tanto amenazando la hora del informativo, el ministro Celestino Corbacho ha inaugurado un nuevo formato de rueda de prensa: responder en bloque a todas las preguntas formuladas previamente. Si, supongo que no es la primera vez, pero seguramente las rarísimas ocasiones en las que se haya dado tal método habrán sido fruto de la premura de tiempo. Como participante he de decir que me ha chocado bastante y me ha parecido poco limpio. Efectivamente se gana tiempo, pero a base de evitar la frecuente aclaración de la pregunta y, por ende, la insistencia en responder a lo preguntado y no a lo que le de la gana al ministro de turno. Yo a eso lo llamo "asegurar la vía de escape". También me ha sorprendido no escuchar apenas reacciones entre los periodistas,sólo algún tímido "¿pero esto es siempre así?"
Tema aparte es la precariedad laboral que abunda en una profesión que, aún a pesar de sus vicios, es una mínima garantía de transparencia. Charlando con compañeros ya asentados en la profesión, hemos coincidido todos en llevar bastantes años contratados por obra, lo que en informativos es incoherente, pues nunca acaban (2 cámaras y una periodista).
A ver cuando cuento algo gracioso....
¡Joder! Pues me acabo de acordar de que el otro día, en el Congreso de los diputados, a punto de entrar en directo, se acercó un tío con pinta de beodo y quería enseñar a cámara un folleto de un burdel de Chueca, decía: " ¡el único de Chueca! ¡Enséñalo, que es mío! " Pasamos de él y se fue a dar la brasa al policía de la entrada.
2 comentarios:
Siempre viene bien evitarse aprietos y últimamente los medios tampoco apretamos mucho que digamos...
Dani
Declaraciones sin preguntas, preguntas sin respuesta, prohibición para grabar una imagen determinada, mudos, posados, desayunos informativos... Yo también tengo la impresión de que juegan a diario a la pita con nosotros. Lo malo es que quien consiente todo esto está criando colesterol con el culo sudado en un sillón de cuero. Nadie puede plantarse ante estas farsas, porque sus jefes son quienes las pactan a cambio de favores que desconocemos. Da verguenza, pero sólo a quien la tiene.
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