viernes, 27 de marzo de 2009

La toma de la Bastilla mediática


Ayer se otorgaron los "Premios Internacionales de Periodismo Rey de España" en el antiguo palacio embrujado de Linares, hoy Casa de América. Un acto de estos que tienen muy poco que ver con la realidad de la profesión. Un encuentro para la autocomplacencia dónde la aristocracia de esta profesión se vanagloria de cuánto contribuye a hacer del mundo un sitio más justo. Una contribución que efectivamente tendrán que empezar a hacer ellos mismos como sigan echando gente a la calle.
Entre tanto abolengo, se premian trabajos que hablan sobre todo de la peor miseria humana. Este reconocimiento debe de tener un efecto reconfortante en sus acomodadas conciencias, ya que, primero: "¡Hay que ver qué cosas pasan... a otros!" y segundo: un subidón de humanismo y filantropía para así poder vivir como reyes el resto del año.
Me siento extraño entre "compañeros" (me resulta inevitable entrecomillar), fuera de lugar y ajeno a esta parafernalia. Entonces pienso en la revolución. Pienso en Internet, en los blogs (en los de verdad), en los foros, en las webs independientes e interactivas... Pienso en la Revolución Francesa, en la toma de la Bastilla... ¡en la guillotina! Se me despierta el ardor guerrero cuando a la entrada de actos como éste veo tanto tipo armado hasta los dientes.
Asistimos pues a la batalla final. Los medios alternativos, participativos, interactivos, libres, todo lo que ha traído la bendita red de redes disputando el trono de La Verdad a esta aristocracia mediática, decimonónica y manipuladora.
Transcurrían las distintas peroratas y pensaba: "La verdad está ahí fuera"... "fuera de esta sala".
Y es que hoy día, la sección más interesante de un periódico son las Cartas al Director. Aún así, están seleccionadas y pasan un filtro censor. Tampoco Internet es perfecta. Todo coge, la verdad y la mentira. Pero por cada mentira y por cada verdad tú y yo podemos aportar y contestar. Este es el camino.