lunes, 29 de marzo de 2010

Desnudos los días

Desnudo el tiempo también. Lo acaricio con un vuelo elíptico y arqueado, sintiendo su sustento. Observo y asumo.

Me poso; un respiro para quién todo es fugaz.

El tiempo vuela y yo sobre él, liviano pero confuso, temiendo una mala elección.

Se suceden las escenas sin guión y una caótica percepción, realidad multiplexada y disparada que aliena la capacidad de comprensión. La linterna mágica desbocada, movimiento desestructurado, realidad operada. ¡Cómo no posarse!

Aún así es imposible digerir semejante vorágine; cierro mis ojos múltiples y descanso. Mi cerebro refulge todavía por la impresión masiva y la carga de datos. Un bucle infinito, colapsador de ideas, acecha. La hoja sobre la cual intento recuperar la verticalidad del mundo, oscila bajo el peso de mi agitación. Aplomo, valor, lucha y jungla me resultan ahora familiares, vuelven a mi cabeza con resignada desesperación.

Más breve el aliento, más intenso el momento. Pareado racheado. Has vivido lo leído? .

Flexiono las patas, espero el punto más bajo en la carga del peso y... salto con fuerza, ayudado por la energía cinética acumulada en mi trampolín verde. Atravieso trayectorias, grupos y el aire cargado de presagios breves.

La próxima flor de ambrosía y tal vez, la firmeza verde de un momento para reflexionar sobre lo hecho y lo factible.

lunes, 1 de marzo de 2010

¡Cómo mola el fin del mundo!

El fin del mundo, no de la semana, que alguno ya se está acordando de cuando, gracias a la generosa y despreocupada ingesta de alcohol, consiguió chupar a una muchacha, al caerse sobre ella con la boca abierta. Bien, aclarado este pequeño y posible mal entendido a priori, entremos en materia: ¡EL FIN DEL MUNDO YA ESTÁ AQUÍ!


Qué mejor resumen que la portada del domingo de "El Mundo": "La rebelión global de la naturaleza" y una foto de portada que parece tomada de un decorado de la película "2012". Desde el viernes hemos visto y oído alarmantes noticias que hablan de "tormentas perfectas", "huracanes que arrasarán tal zona", "terremotos devastadores que provocan tsunamis". Las referencias cinematográficas son obvias y buscadas, probablemente persiguiendo el mismo efecto que este tipo de cine, o sea sorprender con un incontrolable poder de la naturaleza (tema que nos refiere a Dios) que nos atemoriza y nos intriga. En el cine nos gusta sentir miedo porque sabemos que cuando se enciende la luz todos volvemos a la normalidad. ¿Puede que la prensa tenga el mismo efecto efímero... e irreal? Si no la alarma sería más grave, los gobiernos prepararían planes preventivos, no sé, algo que fuera más allá de las conversaciones que acaban en referencias al género cinematográfico que ha vuelto con fuerza, el de catástrofes. No sé si la gente lo ve tan negro, que espera un cataclismo planetario para volver a empezar de cero y así pillar mejor sitio.


Las crisis o las épocas críticas producen estas afiliaciones al sentimiento "Murphyniano" (Tomaaa!!) de la vida. Así plasmamos nuestros miedos. Pero en el caso de los Medios Informativos (esa parte de los Medios de Comunicación que disfruta del amparo de un derecho fundamental) están incrementando el nivel de impacto, asumiendo que tras la lectura o consumo (siempre superficial) de la noticia, la actitud del receptor no cambia nada. ¿Dónde deja eso la credibilidad de la Prensa? ¿Es una deriva que surge de los propios medios, al elevar a categoría de noticia lo que son previsiones, anuncios e incluso hipótesis? A un tio en Chile, por ejemplo, le sobrevino un paro cardíaco subiendo a una montaña, intentando huir del anunciado tsunami que provocaría el terremoto. El tsunami no fue para tanto y subir al tejado seguramente no le hubiera costado la vida. Éste si que se tomó en serio los cataclismos anunciados en la prensa... ya te digo.





Como planetas alineándose, dos factores disparan la aprensión apocalíptica: el cambio climático y la crisis global. El marketing, que es la moral de las empresas, sean informativas o no, ha descubierto un nuevo género informativo: las catástrofes naturales. La información meteorológica y los sucesos en un cóctel de éxito; ambos por separado ya lo son. Apostaría a que dadas las circunstancias mencionadas, la presencia de estas noticias se multiplicará en las portadas y los informativos.

Y esto ya es para flipar!!
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/02/ciencia/1267539683.html










PD: La Crisálida, o sea, el capullo, no se ha ido. Está aletargado, acongojado por la metamorfosis, esperando su primer vuelo. Cri, cri...